Durante mucho tiempo se ha creído que el huevo contribuye a incrementar el colesterol en la sangre; sin embargo, desde hace ya algunos años se ha desmitificado esta creencia través de estudios, que señalan que el huevo no es el causante de esto pues solo contiene 215 mg de colesterol por yema, de los cuales nuestro organismo absorbe el 15% ingerido con los alimentos; mientras que el huevo, de manera natural, solamente tiene 1.5 gramos de grasas saturadas y 2.9 de mono saturadas; lo que puede dañar el organismo son los alimentos con los que se suele acompañar, como tocino o papas fritas, y las cantidades en que estas se sirven. Así, todos los estudios concluyen que no se debe limitar el consumo del huevo, sino la cantidad de grasas saturadas que se ingieren normalmente, ya que estas aumentan considerablemente el colesterol en sangre; además, se tienen que evitar otros factores como fumar, el sedentarismo y el sobrepeso. Lo ideal no es dejar de consumir huevos, sino lo contrario, incluirlos siempre, ya que son un alimento natural altamente nutritivo al estar cargados de vitaminas como: A, B2, B12 y D; ácido pantoténico, biotina y niacina, fósforo, zinc, selenio y ácidos grasos mono y poliinsaturados; entre ellos, el omega 9, antioxidantes. Además aporta 156 calorías, tiene una gran capacidad saciante sin conservantes y no cuenta con aditivos. Por su calidad proteínica, valor nutricional y versatilidad, el huevo debe considerarse un alimento sano. ¡Huevo San Juan, calidad que cuida de ti!